La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) está transformando silenciosamente (y a veces no tanto) cómo trabajamos en marketing. Y aunque abundan los titulares alarmistas, la realidad es más matizada: no se trata de una batalla entre humanos y máquinas, sino de una oportunidad para redefinir roles, potenciar talentos y enfocarnos en lo que realmente aporta valor.
¿Qué tareas puede automatizar la IA?
La IA ya puede encargarse de múltiples tareas operativas que antes requerían tiempo humano:
- Redacción de textos simples (como descripciones de productos).
- Segmentación de audiencias basada en comportamiento.
- Generación de anuncios dinámicos.
- Análisis de performance y predicciones de resultados.
- Chatbots para atención básica o calificación de leads.
Esto no implica que los humanos se vuelvan prescindibles. Todo lo contrario: libera tiempo para lo estratégico y creativo.
¿Qué habilidades ganan relevancia?
A medida que la IA asume funciones rutinarias, cobran más valor las habilidades que no puede replicar:
- Pensamiento estratégico. Entender al negocio, interpretar datos y tomar decisiones basadas en contexto.
- Creatividad aplicada. Desarrollar conceptos originales, ideas de campañas y experiencias memorables.
- Curaduría de contenidos. Saber qué usar, qué ajustar y qué descartar de lo que propone la IA.
- Capacidad de síntesis. La IA ofrece datos; las personas los convierten en insights accionables.
- Empatía y visión humana. Entender al consumidor más allá de los algoritmos.
¿Desaparecen algunos roles?
Algunos puestos muy operativos pueden transformarse o requerir reentrenamiento. Pero al mismo tiempo, aparecen nuevas funciones:
- Prompt designers (personas que “dialogan” con IA).
- AI marketing strategists.
- Especialistas en ética de algoritmos.
- Coordinadores de proyectos de automatización.
¿Cómo prepararte?
- Adoptá la IA como aliada. Probá herramientas, entendé sus límites y descubrí su potencial.
- Invertí en formación continua. No solo en lo técnico: habilidades blandas y pensamiento estratégico son clave.
- Revisá tus procesos. ¿Qué tareas podés delegar a la IA? ¿Dónde necesitás más intervención humana?
- Rediseñá roles y equipos. Pensá cómo organizar tu equipo para aprovechar al máximo lo mejor de cada mundo.
La IA no viene a reemplazarte. Viene a potenciarte. Pero solo si sabés cómo convivir con ella.